esposos, padres o hijos tragados por la montaña
por arañar el sustento para dar a sus familias.
De nuevo se desangra Chile hoy pulverizando roca
para rescatar sus hijos
ayer lloró a otros hijos engullidos por las olas
olas encabritadas, tierras embravecidas.
17 días de penumbra, de incerteza
corazones malheridos
lágrimas silenciosas, gritos callados de angustia
llevan luces de esperanza en sus pechos aguerridos.
Familias pisan cabizbajas la dolorosa roca
cárcel que guarda en su vientre a sus padres, a sus hijos
van masticando los días que sin compasión avanzan
una plegaria se desgarra en la noche y su penumbra.
Dios escucha sus lamentos
teñido de rojo sangre
bendito modesto lápiz sepultado con su dueño.
Manos ansiosas despliegan esta benditas palabras
“ESTAMOS BIEN EN EL REFUGIO LOS TREINTA Y TRES”
generosos los mineros, generosas las palabras.
Tecnología de un centímetro
baja esperanzada por un angosto camino
graba el rostro de un minero, ojos quietos
ojos cansados, plenos de fe, esperando.
Faltan días, faltan meses, para volver a la vida
ser besados por la luz, fundirse en abrazos tibios
y con un solo respiro devorar todo el aire limpio.
PROPIEDAD INTELECTUAL
COLLAGE DE LETRAS 2010.
